miércoles, 4 de julio de 2012

Segunda reelección, caída y su regreso al país

Segunda reelección y caída

La armonía entre el gobierno y los dirigentes civiles se rompe cuando en un incidente en la Universidad Nacional, varios estudiantes conmemorarían la muerte de un estudiante llamado Gonzalo Bravo Páez ocurrida 25 años atrás, pero todo culminó con la muerte de un estudiante Uriel Gutiérrez el 8 de junio de 1954 y al día siguiente, 9 de junio, los universitarios marcharon hacia el centro para protestar por el asesinato de su compañero pero fueron abaleados por el Batallón Colombia, veteranos de la Guerra de Corea con un saldo de 12 muertos aunque el gobierno argumentó que tal acción la había cometido el comunismo y la oposición laureanista. Rojas decide asumir la dictadura militar, instaura la censura y posterior clausura de los diarios de oposición El Tiempo, El Espectador y El Siglo, aunque los dos primeros los deja funcionando posteriormente bajo los nombres de Intermedio y El Independiente (este último funciona efímeramente en 1955).
Según algunos relatos orales de la época que han sido recogidos por algunos periodistas en la actualidad y que no han sido confirmados por la justicia, en febrero de 1956, su hija María Eugenia y su esposo fueron objeto de sonora rechifla durante una corrida toros en la plaza de toros Santamaría en Bogotá; testigos presenciales recuerdan que cuando el torero ofreció el toro a María Eugenia frente al palco presidencial, el público le gritaba: "No se lo ofrezca porque se lo lleva a Melgar". El domingo siguiente se produjo la represalia. A quienes cantaban "Lleras sí, otro no", y a los que se negaban a vitorear a María Eugenia, los agentes del Servicio de Inteligencia Colombiano los molieron a palos, los lanzaron por las graderías del circo, los golpearon con yataganes o a puntapiés. El número exacto de muertos y heridos nunca se pudo precisar. Pero se dijo que el gobierno había comprado siete mil boletas para sus detectives y agentes, con el fin de vengar el honor escarnecido de María Eugenia y su esposo.
Los diálogos entre los conservadores, inicialmente liderados por Laureano Gómez y seguido más tarde por Mariano Ospina Pérez, y liberales, liderados por Alberto Lleras Camargo, para calmar los odios y diferencias fue preparando el camino para lo que se llamaría el Frente Nacional. Primero fue el acuerdo de Benidorm (España) el 24 de julio de 1956 en donde reconocieron la responsabilidad compartida en la decadencia de la democracia y empezaron a buscar la fórmula igualitaria; luego el pacto del 20 de marzo de 1957, en donde se oponen firmemente a la reelección de Rojas para el periodo siguiente y apoyan las elecciones libres; luego la declaración de Sitges (España), en donde confirman que los dos partidos compartirían el poder en partes iguales durante 16 años y la presidencia se alternaría cada cuatro años entre los dos partidos, y por último el Pacto de San Carlos de noviembre de 1957 en donde tuvieron que arreglar las diferencias con Laureano Gómez que había llegado en octubre de su exilio en España.
En noviembre de 1956 Ospina Pérez renuncia a la dirección de la Asamblea Nacional Constituyente como protesta al intento de Rojas de poner 25 miembros más en la Asamblea para asegurarse la reelección. Para colmo de males como candidato del Frente Civil pactado en Benidorm es lanzado Guillermo León Valencia pero es detenido en Cali a la vez que Rojas aprovecha la explosión de los camiones cargados de dinamita en Cali con destino a Bogotá para desacreditar aún más a los pactos hechos por Lleras y Gómez y al comunismo el cual todavía es más atacado en las regiones del Tolima donde se organizaban grupos de bandoleros y autodefensas.
El 30 de abril de 1957 la Asamblea Nacional Constituyente, recién reconstruida con miembros que favorecían a Rojas, lo reeligió para el periodo presidencial siguiente, de 1958 a 1962. Esto desencadenó una oposición todavía más agresiva contra su gobierno. El caudillo militar fue ahora convertido en un villano.
La disposición de la Asamblea de reelegir a Rojas nunca se cumplió ya que la Junta Militar tomó posesión el mes siguiente, el 10 de mayo de 1957, y disolvió la Asamblea. Los partidos, la Iglesia, los estudiantes, y los sindicatos habían hecho una demostración cívica en contra de su reelección que lo hizo cambiar de opinión. Rojas aceptó retirarse antes de que se agudizara la situación y degenerara en violencia; acordó los miembros de la Junta Militar y se exilió ese mismo mes de mayo.
Unas versiones indican que se asiló en España y que Eduardo Carranza habría gestionado su asilo con el gobierno español. Otra versión, diseminada por el M-19, indica que viajó a República Dominicana y allí recibió asilo político de parte del gobierno del dictador Rafael Leonidas Trujillo y que permaneció en Santo Domingo hasta 1962.
Durante los años 1958 y 1959 el gobierno del Frente Nacional le hizo un juicio político. El general Rojas Pinilla, fiel a sus principios, se presentó ante el Senado para defenderse de las acusaciones en su contra. Sus defensores fueron Carlos V. Rey, Daniel Valois Arce y Jesús Estrada Monsalve. El veredicto del Congreso Nacional, del 18 de marzo de 1959, fue condenatorio contra el general Rojas; sin embargo, siete años después, el Tribunal Superior de Cundinamarca le devolvió sus derechos políticos el 20 de diciembre de 1966 y un año después, la Corte Suprema de Justicia confirmó este acto judicial, el 18 de octubre de 1967.


Regreso al país

No es clara la fecha oficial de su regreso. La Alianza Nacional Popular (ANAPO) que tenía como candidato a Rojas y que venía desarrollándose desde el año anterior se conforma en Duitama el 6 de enero de 1962 y se presentó a las elecciones para las corporaciones públicas el 18 de marzo de 1962 y para las presidenciales el 6 de abril de ese mismo año. En la votación para presidente obtuvo el cuarto lugar después Guillermo León Valencia del partido Conservador, Alfonso López Michelsen del Movimiento Revolucionario Liberal como disidencia del partido liberal y que se oponía al bipartidismo, y Jorge Leyva del Partido Conservador. Los votos por López y Rojas sumaron el 38% sin embargo fueron considerados nulos por las autoridades electorales por oponerse al sistema bipartidista, y además por que Rojas fue considerado un candidato ilegal.
Ya resuelta la situación legal de Rojas, la ANAPO logró numerosos escaños en el Congreso Nacional en las elecciones de 1968.
En 1970 Rojas se había transformado en una opción política con gran arraigo entre la población colombiana y se presentó a las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970, enfrentándose al candidato del Frente Nacional Misael Pastrana Borrero. Las elecciones resultaron bastante reñidas y el resultado oficial fue de 1.625.025 votos por Pastrana y 1.561.468 votos por Rojas. De esta manera la Corte Electoral proclamó a Pastrana como presidente para el periodo 1970-1974. Sin embargo, Rojas y sus partidarios siempre acusaron de fraudulentas estas elecciones. Dentro del grupo inconforme de los anapistas existían grupos de izquierda y de estudiantes con ideas no compartidas por Rojas. De estos grupos surgió luego el movimiento guerrillero M-19(Movimiento 19 de Abril), que consideraba agotadas las vías electorales y optó por la vía armada.
Rojas muere de un infarto cardíaco en su finca de Melgar el 17 de enero de 1975. Estuvo en cámara ardiente en el Capitolio Nacional y fue enterrado en el Cementerio Central de Bogotá. Sus ideas políticas fueron continuadas por su hija María Eugenia Rojas quien fue senadora y candidata a la Presidencia en 1974.

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